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Dos Aguas es un municipio perteneciente a la provincia de Valencia, en la comarca de la Hoya de Buñol. Geografía La superficie del término es completamente montañosa, desarrollándose en su parte norte la sierra del Ave, que también toma el nombre del municipio. Sus cumbres más elevadas son los vértices geodésicos de tercer orden del Ave (949 msnm) y del Carcamal (834 msnm). Al sureste se alza la sierra del Caballón, en la que se encuentra el vértice geodésico de segundo orden de Colaita (872 m). Asimismo se encuentran en el término los vértices geodésicos del Pulpítico (610 m), en el límite con Yátova y el Madroñal (582 m), ambos de tercer orden. El río Júcar sirve de límite durante un largo trecho con los términos de Catadau, Tous, Millares y Cortes de Pallás, discurriendo encajonado la mayor parte de su recorrido, que es muy sinuoso. Vierten sus aguas al Júcar los barrancos de Fleirón, de la Murta, de la Fuentecilla, del Bosque, la rambla de la Canal, que recibe más adelante el nombre de barranco del Jalón, y el del Cazador. Hacia la cuenca del Magro vierten sus aguas los barrancos de Cairón, Garrogueras, Perelló, del Purgatorio, Cal, Golondrinas y otros. En el término hay un gran número de bosques poblados de pinos y otras coníferas. Aunque hay que lamentar graves incendios en los últimos años.
Se accede a esta localidad desde Valencia, a través de la A-3, tomando luego la CV-425 y finalmente la CV-426. Localidades limítrofes Historia Cercano a estos abrigos se halla otro, en la cuesta de las Víboras del barranco de Falón, conocido como Covacha de las Cabras, con figuras humanas y cabras, descubierto en 1962 y todavía inédito. Dos Aguas no figura en el repartimiento de la conquista, aunque se supone que su origen debió estar en la época musulmana. Fue uno de los pueblos que se unieron a las rebeliones de Al-Azraq, y consta que la reconquista de las poblaciones del norte del Júcar se llevaron a cabo junto a la reconquista de Balansiya. El 18 de enero de 1256, en Tarazona, el rey Jaime I donó a Atho de Foces la localidad de Millares, reconquistada por los cristianos el año siguiente, 1257, la propia localidad de Dos Aguas y el castillo de Madrona.1 Martín de Viciana, quien dedicó el tomo III de su Crónica de Valencia, en 1563, a Giner Rabasa de Perellós, Señor del castillo de Madrona y de la baronía de Dos Aguas, señala que En 1325, fue comprado por Francisco Scribe. En 1349, pasó a poder de Raimundo Castellano y más tarde a Antonio de Vilaragut a la familia de Roiç de Corella. Según menciona Ferrer i Mallol, desde el Concilio de Vienne en 1311, la iglesia censuró que en los reinos cristianos con vasallos moros, se mantuviese la práctica de invocar libremente el nombre de Alá desde los minaretes para acudir a la oración. Dicha norma fue implantada por el rey Jaime II a partir de 1318, habiendo constancia de procesos judiciales, como el proceso contra el Alfaquí de Anna en 1320, o un moro de Játiva en 1322. Además, los musulmanes habían sido cargados con el impuesto de "dayn" (mudayyan, es decir, el domeñado, el que se queda o mudéjar), carga que no sufrían los súbditos cristianos. En muchos casos, bienes de los moros habían sido embargados por deudas de sus señores, obligando a su desplazamiento a otras ubicaciones. Es por estos y otros motivos que los moros no veían al rey castellano como un ocupador muy distinto del aragonés, sino según argumenta Andrés Ferrer Taberner, como una fórmula para obtener mejores condiciones si fructificaba su apoyo en una contienda militar con Aragón. En este entorno, se dieron frecuentemente migraciones de moros que huían de la fuerte inestabilidad de los tiempos del rey Pedro el Cruel, y que, en ocasiones migraron hacia el sur, hacia el Reino de Granada, e incluso hacia las zonas montañosas, como pudo ser el caso de Dos Aguas. Durante el enfrentamiento que se produjo en el siglo XIV, entre 1357 y 1365, entre las Coronas castellana y aragonesa, en tierras valencianas tomaron partido en favor de la corona castellana algunas aljamas mudéjares, entre las que se encontraron los moros de Dos Aguas. Dicha circunstancia conllevó al otorgamiento, durante el asedio de Serra, de las Capitulaciones de los Moros de Dos Aguas (Febrer Romaguera, pp 115-116) , en la cual se hace mención expresa de dicha aljama, y por la cual concedió Pedro IV el Ceremonioso, con fecha 25 de marzo de 1365, el perdón real a los moros de Dos Aguas. Durante la expulsión de los moriscos hubo una revuelta, quedando en el término solamente doce casas habitadas por cristianos. Fue repoblada por el barón de Benetúser tras la expulsión de 1609, siendo tras este periodo cabeza de baronía y posteriormente del Marquesado de Dos Aguas. Durante las guerras carlistas fue ocupada varias veces por las tropas del pretendiente. Administración En sus primeros siglos de existencia tras la dominación romana, de la cual apenas quedó presencia sustancial, se vivió un periodo de interesante crecimiento bajo la cultura árabe-musulmana, en que se desarrollaron fundamentales infraestructuras claves para la actual morfología del municipio: la construcción de la torre y muralla árabe, el cementerio musulmán bajo las actuales escuelas y los supuestos refugios subterráneos que comunican diversos puntos dentro de la población (hoy un misterio no desvelado), las balsas y aljibes, los dos molinos, de uno de los cuales todavía quedan restos, junto a la balsa del molino. Tras la expulsión morisca se continuaron desarrollando infraestructuras de regadío y conservación del agua en forma de balsones ("balsón de la era", "balsa del molino", "balsa del nacimiento" y "balsa del cabo"), y una red de canalización del agua, en la que actualmente apenas se ha desarrollado el riego por goteo. El desarrollo económico municipal ha venido determinado por su historia, ya que desde la edad media el sometimiento al vasallaje del señor y la expulsión morisca supuso límites al desarrollo de una propiedad distribuida del territorio, no siendo sino a partir de mediados del siglo XVIII, cuando se desarrolló una tímida actividad en la transmisión de inmuebles entre sus vecinos, siendo muy reciente la primera presencia de títulos de propiedad notariales, los cuales, antiguamente se limitaban a anotaciones amanuenses en hojas de libreta con la firma de ambas partes y la presencia de testigos. Desde sus orígenes, la dependencia, primero de la Baronía de Benetússer y Dos Aguas y posteriormente del Marquesado de Dos Aguas, provocó que aproximadamente la mitad de la población se dedicara a las tareas agrícolas, mientras que la otra mitad de la población se dedicaba al trabajo jornalero. Ha habido escasa presencia de gremios artesanos y solo con la entrada del siglo XX ciertos casos de descendientes de vecinos que ocupan profesiones liberales. En la actualidad, convive la producción agrícola de subsistencia, con la elaboración de aceite de oliva virgen, siendo hecho destacado, a partir del año 2005, la creación de la Sociedad Cooperativa Valenciana Limitada Marqués de Dos Aguas. Las tareas agrícolas se desarrollan principalmente compartidas con los empleos habituales de los agricultores, siendo por ello una actividad complementaria, o post-jubilatoria. Para la reciente recuperación demográfica de la población ha sido hecho determinante el acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento de Valencia, que ha permitido el establecimiento en el término municipal de un centro de tratamiento de residuos urbanos a disposición de la ciudad de Valencia. Este hecho, acompañado de la contratación de numerosos vecinos del municipio por parte de empresas dedicadas a la prestación de servicios de limpieza en dicha ciudad, ha permitido el mantenimiento de diversas familias jóvenes en el municipio, lo cual ha sido, junto a una mínima presencia de inmigración, un acicate a la recuperación poblacional.
Es de destacar la escasa actividad inmobiliaria, sin haber en las últimas décadas registros de planes de actuación urbanísticos que hayan ampliado o desarrollado el casco urbano, limitándose la única actividad de construcción a la recuperación de antiguas viviendas de la primera mitad del siglo XX, no existiendo tampoco una tradición en la recuperación y adecentamiento de fachadas. La presencia de entidades bancarias se limita al establecimiento por parte de algunas entidades, de subdelegaciones o representaciones con algunos vecinos que ya contaban con pequeños comercios de su propiedad, no existiendo sucursales propiamente dichas. Se desarrolla dos veces por semana un pequeño mercado ambulante, pero sin presencia de vecinos por parte de los paradistas. No existe una presencia hostelera propiamente dicha en la población, a excepción de un hotel-restaurante dentro del casco urbano y un hotel rural en la Partida de Paridera Roya. La presencia de un polvorín dentro del término municipal no supone una actividad dinamizadora de desarrollo municipal, fuera de la contratación de algún vecino para cubrir necesidades de personal. Por último, cabe destacar que precisamente por los vaivenes del desarrollo demográfico de las últimas décadas, el acceso a la vivienda es todavía muy fácil en el municipio, pudiéndose adquirir viviendas unifamiliares a bajo precio. Patrimonio
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